martes, 31 de marzo de 2015

¿Que hacer hoy por la tarde?

¿Que se hace para consolar a la tarde de verano que nos invita a la calle a perder las composturas?

¿Que es lo que hice ayer y todos los otros días?

¿Dónde suelo estar en las tardes en que no llueve y la felicidad abunda?
¿Es que acaso soy otro y no recuerdo como utilizar mi cuerpo en la vida en que recién he llegado?

No sé que ha pasado afuera, en el mundo.
Todo lo que puedo ver ahora es mucho más de lo que sé disfrutar:
Pájaros que cantan sobre las montañas, flores brotando de la tierra yerma.
¡Incienso y frutos! ¡Aire puro!
Mi viejo y mi madre. Mi cama.
Caminos entre los valles, semillas y ese libro raro.
¡Qué maravilla!

Por dentro no he aprendido mucho.
Sólo teoremas, circuitos, física y metafísica,
albures y filosofía, métodos y caminos.
He trazado metas, escrito nombres, llorado penas,
disfrutar momentos y olvidarles, pero nunca he sido Feliz.
No visto amores ni flores de azahares, ni camino distintos caminos,
doy por hecho el viaje y no soy albergue de nadie.
No soy héroe ni director, ni película.
Tampoco he sabido ser alumno, mucho menos maestro.
Sólo soy un habitante del mundo, un hombre que vive hoy
y muere mañana.

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