jueves, 4 de junio de 2015

Días de Blues

Días en que la garganta no obedece a la palabra.
Días extraños.

En mi habitación sólo la sombra de la mesa es elegante,
su conjunto delgado me recuerda lo lejano,
a la simpatía de lo abstracto que tiene cada objeto en su espacio,
y que en su sombra está retratando el movimiento de lo imaginario.

Es que paso ratos embriagado en las sombras, y los recuerdos me vienen como espasmos a la mente, retrayendo las fuerzas.

El café no dice ni sabe a nada, ni el reloj, ni la música.
No hay nada para mi en este momento,
solamente tristeza que llega y destroza el alma en golpes de ariete.

Tal vez no sirva de nada soñar, ir a otros lugares:
¿como saber a que hora estoy vivo?
Si es que todo lo que es, simplemente existe por creación de la mente,
y que la ilusión de vida y conciencia sólo es una segregación de líquido encefálico.
<<TODO ES RECUERDO>>
Si cuándo haz conocido las reglas del juego, no has preferido jugar, si no perder y agotarte en días difusos.
Alcanzo a ver mi rostro todavía una vez por mes, y aunque todo sea mentira, como el cuarto donde duermo, o la comunicación que emito; trato de hablar con el movimiento y retratar el aire contenido.

Y es que lo he pensado, no puedo volver a re programarme, no me gusta sentirme encerrado y controlado.
Hay cientos de miles de oficios o trabajos, y aunque conozca algunos y los ejercite bien. Tengo un terrible asco al trabajo de todos los días. Soy incapaz de sostenerme unos meses condicionado sin tiempo que perder. O que ganar.

Algunos dirán que simplemente soy un fracasado, y les doy la razón, y se las doy sabiendo de antemano que no sabrán que hacer con ella.

Si la razón para algunos no es más que la aceptación que necesitan para confirmar que su ego ha sido escuchado, y entonces se creen felices y doctos, la razón se vuelve entonces una mentira.
Hay otros que prefieren ser felices a tener la razón

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