Es necesario encontrar un punto concreto donde converjan todas las emociones, los días vividos, los papeles viejos, los simulacros de vida y de muerte. ¡Todos los actos!.
Es necesaria una nueva dialéctica que no borre al perezoso, al monje noctámbulo, al psicoanalista y a su psicosis.
Es necesario llenarse los labios de besos, las tardes de un pecho junto al tuyo y las noches de un par de ojos brillantes.
Es necesario untarse bálsamo de amor para no olvidarse de uno mismo y del verbo.
II
Es necesario abandonar la piel y desvestirse de emoción.
Es necesario dejarte dormido sobre el colchón, hecho un tonto y hurgar tu vida con aires de ladrón.
Hace falta dejar de dormir y empezar a soñar, soñar que despiertas y puedes volar, quitarte los amarres y naufragar, naufragar en el viento, en el tiempo, en un siglo solar.
Es necesario dejar de profesar el miedo y esperar que las cosas, que todas las cosas del mundo se desintegren al vacío, que toda duda y toda verdad se consuman hacia dentro, dejar sangrar las heridas y volverse humo, y fuego y hombre.
III
Añoro de los atenienses, sólo la palabra viva que hacía al hombre poeta y sabio, al tiempo vida, y al poeta y al sabio: Hombres.
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