Luces que apenas seducen a los ojos, como pan al hambriento.
Medianoche que se va llenando de sueños y borrachos, decíme vos:
¿Cuándo volverá a ser Viernes?
¿Cuándo lloverá bajo mi cama?
Sucede que mis fantasmas se mueren de sed,
que se quedan solos y se quejan de tan prolongada ausencia de mi yo, de mi tinta.
Hay un mundo bajo mi puerta, lleno de grillos y de estrellas que simulan un diccionario abierto a los ojos de los poetas y los perros y las perras y de las que dan amor rentado.
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